Aeropuerto internacional de Vancouver, Canadá.
Eran las 10:20 am cuando el vuelo
procedente de Córdoba, Argentina arribó al aeropuerto internacional de
Vancouver, hacía frío y la gente entraba y salía del lugar envuelto en abrigos
grandes que parecían mantener caliente sus cuerpos.
Alan pasó por el Check In junto a sus
maletas y se dirigió hacia la cafetería. Allí había acordado con su mejor amigo
para encontrarse, habían pasado 4 años desde la última vez que se vieron, antes
de que Julián partiese a Vancouver tras una oferta de trabajo para el padre del
mismo.
—Escuchame, ya
llegué. ¿Dónde estás? —le habló a su amigo por teléfono.
—Estoy acá.
¿Quién sos de todos estos que están acá? No te sé reconocer.
— ¿Cómo no? Soy
el que tiene la valija negra.
—Estamos en un
aeropuerto. Todo el mundo tiene valijas negras acá. Sé más específico. —gruñó
Julián.
—Tengo un
sweater celeste y el teléfono en la oreja. Dale boludo que me están viendo raro
ya. —expresó incómodo.
—Ah sí, ¡Ya te
vi!
Después de eso,
Julián cortó la llamada y se acercó a su amigo. Juntos se fundieron en un gran
abrazo con unas cuantas palmadas en la espalda del otro, de esos que se da la
gente que no se ve hace años mientras en la cabeza del otro iban apareciendo
muchas imágenes de las tardes que habían pasado juntos jugando, hablando,
riendo; e inevitablemente la relación mantenida entre la menor de los Carranza
y el recién llegado.
Se deshicieron
del abrazo alegres y decidieron sentarse en una de las mesas alejadas a
compartir unas cuantas risas, charlas y un café.
Ambos parecían
evitar el tema de la relación de Anabella con Alan, puesto que sería revolver
la basura en vano, pero no faltó oportunidad para hablar de la vida sentimental
de ambos.
—No, yo la
verdad no estoy en nada, desde que me separé de aquella chica para venirme para
acá, no me pude reponer. Todavía me duele pero supongo que en algún momento va
a pasar todo esto.
—No la llames
“Aquella Chica”, se llama Laura.
—Laurita…
—suspiró Julián, nostálgico. — Casi puedo escucharla llorar cuando le dije que
me venía para acá.
—Pero podrían
haber seguido juntos, ¿Por qué no? —Aventuró Alan ante la negativa silenciosa
de Julián.
—Ella no quiso.
No quería una relación a distancia. Ella quería verme seguido, tocarme, tener
una “Relación Face-To-Face” según lo que dijo.
Ante la mirada
de desconcierto de Alan, decidió cambiar de tema.
—Vos mucho que
te la das de investigador, ahora vas a ser el investigado. ¿Qué onda?
— ¿Qué onda con qué?
— ¿Cómo con qué? Sabés de
qué te hablo.
—No indagues, ¿Querés?
—Ay, “Sorry”, “no indagues”
me decís. Dale, dejate de joder.
—Bueno bueno. —Respondió con
hartazgo a la insistencia de Julián— Estoy de novio, pero la dejé allá en
Córdoba. Le dije que iba a volver en una semana o dos.
— ¿La dejaste sola?
Esperemos que el karma no te venga a buscar. Ahem, waiter! I want to ask for the
bill. —Antes de que Alan replique –Aunque no tuviese nada para replicar. –
llamó al mozo y pagó la cuenta.
Se levantaron de la mesa,
Julián guardó el ticket en el bolsillo y Alan se abrigó. Nunca había visto
tanta nieve junta.
Caminaron hasta la salida
esperando encontrar algún taxi, pero la demanda era enorme, de modo que
tuvieron que esperar un rato largo antes de que llegue uno.
Mientras esperaban, Julián le
hablaba de su afición, las Ciencias exactas, sabía que era el tema que le
apasionaba también a Alan, pero el motivo por el que le hablaba de eso era
otro. Intentaba distraerlo. Sabía que estaba nervioso por ver a su hermana.
En la mente de Alan, sólo se
reproducían las escenas de una relación hermosa para él, pero turbulenta para
Anabella. Repasaba las imágenes una y otra vez, ansioso de verla, mientras
respondía al parloteo de Julián con monosílabos. Decidió que iba a preguntarle
por su ex, pero justo vino el Taxi que los llevaría a la casa de los Carranza.
Cargaron las valijas,
subieron al taxi, Julián indicó la calle y Alan iba anotando las frases
inglesas en un bloc de notas, porque no sabía absolutamente nada de inglés. Si
iba a estar allí dos semanas, al menos tendría que aprender a moverse en
aquella enorme ciudad.
El conductor observó a sus
pasajeros a través del espejo retrovisor. Primero, al muchacho de cabello
negro, con la nariz enrojecida del frío que se soplaba las manos para
calentarlas aunque la calefacción estuviese encendida. Después, miró al otro
muchacho de cabello castaño oscuro, totalmente inmutable, que miraba por la
ventanilla. Este último parecía estar acostumbrado al frío. No era muy difícil
intuir cuál de los dos era el recién llegado y cuál el que lo fue a recibir.
—Are you cold? Don’t worry, the heater is on.
Alan notó que le hablaba a
él y lo miró extrañado.
— ¿Qué dijo? —Pensó.
Por suerte, Julián llegó al
rescate y le tradujo.
—Te preguntó si tenías frío
y después dijo que no te preocupes porque la calefacción estaba encendida.
—Sí, estoy cagado de frío.
¿Cómo soportás vivir acá?
—Supongo que estoy
acostumbrado —se encogió de hombros, entonces recordó que el taxista aún
aguardaba una respuesta. — Sorry, he doesn’t speak English so I translated to him and he said “Thanks”.
El taxista comprendió y se
concentró en el camino.
— ¿Vos aprendiste inglés
antes de venirte, aprendiste acá…?
—Lamentablemente terminé
aprendiendo acá y de oído. Viendo series, escuchando a la gente hablar…—se
cuidó de mencionar que su hermana Anabella le había enseñado a desenvolverse en
el habla inglesa y Alan omitió preguntarle. Ambos sabían que la menor de los
Carranza tenía un grado de inglés elevado en el momento en que se mudaron a
Canadá.
—Entiendo…. ¿Falta mucho
para llegar? Me estoy congelando de a poco.
Jajajaja bueno, puedo decir que me siento agradecida de no sentirme identificada con Laura salvo en el nombre. Y mira que me gustan las relaciones Face-To-Face pero bueno, la distancia también tiene su puntillo. Ahora quiero saber mas sobre la historia de Anabella y lo que pasó para que no quiera mencionar nada de ella!
ResponderBorrarYa te vas a enterar... 😌 Hoy subo un nuevo capítulo!
BorrarJusto abri este post en el trabajo y leí las dos primeras frases y me enganché,quiero seguir leyendo tranquila en mi casa!! Asi que me voy a guardar este post para leerlo despues ♡ un beso!
ResponderBorrarMe alegra que te enganche! Besos, te espero por acá!
BorrarEl ritmo está muy bien y la historia engancha, así que lo único que puedo decirte que no me gusta es que las frases en Inglés no están bien. Sobre todo si uno le pregunta al otro si aprendió inglés y el que contesta habla inglés con unos errores que ni te digo. Bueno, cuidaría eso jejeje. Por ejemplo "Sorry, he don’t speak English. I translated him and he said “Thanks” sería "Sorry, he doesn't speak English so I'm translating him what you asked for, and he answered thanks" Por lo demás ahora quiero leer como sigue la historia!!! Qué le pasó a la hermana? Por qué están en Canada? Siguiente capitulo!!! Besos
ResponderBorrarMe alegra que te haya gustado. Respecto a los errores, te juro que los corregí. Guardé el archivo en One Drive para subirlo desde la compu y creí que se había guardado. Ahora mismo lo arreglo, se ve garrafal el error JAJAJA
BorrarLa familia Carranza tuvo que mudarse desde Argentina hasta Canadá porque los padres consiguieron trabajo allá. Si no es hoy, es mañana, pero el capítulo ya está casi listo! Besos! :D
HOla!! es una gran historia que me dejó con ganas de saber mucho mas, poco puedo decirte en cuanto a la narrativa pues desconozco por completo de ello, solo se que ya quiero saber que sigue y conocer un poco mas a los personajes, pues aún no logro ponerles un físico exacto, salvo lo poco que describe el chófer del taxi. Espero que tengas mucho éxito con esta novela y poder verla impresa.
ResponderBorrarHola! Me alegra que te enganche, ojalá la pueda publicar algún día. Ahora mismo estoy escribiendo el segundo capítulo, estate al pendiente :D
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